La pandemia ha dado a los científicos una nueva forma de espiar las emisiones

Pensar en el cielo como un gran plato de sopa azul. Sus ingredientes incluyen oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono, que los científicos pueden medir con precisión. Pero desde la Revolución Industrial, la gente ha estado agregando montones de CO extra2 quemando combustibles fósiles, calentando el planeta en 1,2 grados centígrados hasta ahora y complicando estos cálculos.

Aunque es bastante fácil saber cuánto CO total2 está en esta sopa atmosférica, es difícil analizar cuánto suma la humanidad en un momento dado. Esto se debe a que los procesos naturales de la Tierra también crean gas, y porque hay muchas fuentes de emisiones propias de la civilización, algunas de las cuales aumentan o disminuyen por hora. Sería como echar sal en una sopa de verdad y luego tratar de contar exactamente cuántos granos han entrado en ella. después golpean el líquido.

Sin embargo, lo que pueden hacer los científicos atmosféricos es hacer un inventario, un esfuerzo de abajo hacia arriba para contar exhaustivamente el CO2 celestial.2 como se produce en la Tierra. Por ejemplo, pueden sumar cuánta gasolina se quema y cuántas plantas de energía de combustibles fósiles operan a la vez para calcular cuánto carbono se exhala a la atmósfera. Aunque bastante preciso, todo ese inventario lleva tiempo, principalmente porque algunos datos fluyen lentamente. Y la puntualidad es importante cuando tomamos medidas sobre el cambio climático, porque necesitamos identificar las fuentes de CO2 y eliminarlos lo antes posible, por ejemplo, sustituyendo el carbón por fuentes renovables, los coches de gasolina por vehículos eléctricos y las calderas de gas por bombas de calor.

Quizás se pregunte por qué los investigadores no pueden adoptar un enfoque de arriba hacia abajo, entrenar satélites en puntos del planeta y medir el CO2 Se ha probado en ciertas partes del mundo, por ejemplo, cuando un satélite de la NASA testificó sobre la piscina de Los Ángeles. Pero hay algunos problemas: el aire se mezcla y es difícil determinar exactamente de dónde provienen las emisiones. Otra es que puede ser difícil determinar las emisiones de CO de la humanidad.2 creado por el ciclo natural del carbono de la Tierra. Cuando las plantas hacen la fotosíntesis, absorben carbono y lo bloquean en sus tejidos, lo que a su vez libera oxígeno. Cuando mueren y se pudren, este carbono se libera nuevamente.

Pero ahora, curiosamente, la pandemia de Covid-19 ha ayudado a los científicos a proporcionar una mejor herramienta de arriba hacia abajo para estimar cambios mínimos en las emisiones de combustibles fósiles. Un equipo de investigadores utilizó el Observatorio costero de Weybourne del Reino Unido para analizar el aire en busca de dióxido de carbono y oxígeno por separado, y luego resumió las mediciones. Luego usaron un truco llamado oxígeno potencial atmosférico o APO, que calcula el desequilibrio entre el oxígeno y el CO.2 de las emisiones de combustibles fósiles.

La clave para separar las emisiones naturales y las artificiales es la proporción de CO2 y oxigeno Las plantas tratan a ambos en una proporción de uno a uno: absorben la misma cantidad de dióxido de carbono que el oxígeno que emiten, por lo que los totales se compensan entre sí. La combustión de combustibles fósiles, por otro lado, consume más oxígeno del que produce CO2.

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